La opinión pública como método para transformar el ego.

Para evidencia concreta no necesitamos buscar mas allá que en el régimen comunista de la antigua Union Soviética. La naturaleza humana sobrevivirá cualquier régimen o experimento que la contradiga. En una guerra contra el ego, estamos condenados a fracasar desde el principio, por lo que para evitar los errores del pasado, tomemos un enfoque diferente y aprendamos a usar el ego para nuestro beneficio.

En la década de 1950, la ahora iconica serie Asch de experimentos demostró que la opinión publica es de primordial importancia para un individuo. Aplicando este principio a la sociedad en general, queda claro que el objetivo “ser-todo termina-todo” de todas las actividades humanas es el estatus social.

Trabajamos como esclavos para obtener una casa mas grande, un automóvil mas nuevo, o una cuenta bancaria mas grande solo porque la sociedad establece que estas cosas son valiosas. En esencia, aunque, ellos nos son el objetivo, pero solo el medio para serlo, mientras que el objetivo esta obteniendo un estatus social mas alto. Si viviéramos en una cultura donde los músculos grandes o la alta inteligencia fueran el pináculo de prestigio, nos veríamos obligados por la sociedad a poner la misma cantidad de esfuerzo hacia el logro de excelencia en esas áreas, prestando poca o ninguna atención a los bienes materiales.

Ahora imaginen que un switch fue encendido, y ya no éramos venerados por nuestra capacidad para acumular ceros virtuales en el banco, tirar la piel de cerdo, o manipular la bolsa de valores. No existiría ningún placer en estos logros, y no tendríamos ningunas fuerzas para ir tras de ellos. Y si dichas cosas fueran en realidad despreciados o ridiculizados, con mucho gusto y rapidez renunciaríamos a ellos.

De ello se deduce que cambiando los valores en la sociedad, incluso de forma artificial, el juego entero se transforma. Si nuestros hijos, amigos y vecinos nos respetaran y admiraran por nuestras contribuciones a la sociedad, y repugnaran la persecución de intereses personales, el mismo ego indomable que hoy esta amenazando al mundo seria canalizado hacia el beneficio colectivo y el bien común.

La clave de dicha transformación es la opinión publica. Si construimos un ambiente con ejemplos abundantes de un comportamiento favorable hacia la sociedad, finalmente comenzaríamos a utilizar la naturaleza humana correctamente. No solo es la única manera de sobrevivir en este nuevo mundo integrado, pero también comenzaríamos a tocar el verdadero potencial ilimitado inherente a la humanidad.

Es difícil divorciarse del mundo

Estamos siendo testigos de un nuevo y fascinante fenómeno – nuestra sociedad se esta volviendo integrada. Ya no se trata solo de bancos e industrias estableciendo alianzas alrededor del mundo, intercambiando materia prima, mercancía, suministros de comida, etc.

Hoy en día, incluyendo las culturas mundiales y sistemas educacionales se están convirtiendo fusionando en un compuesto único y universal. Todos los elementos están ínter-conectados y son ínter-dependientes en todos los sentidos.

No es casualidad que los medios modernos han hecho posible que todos estén informados de todo lo que esta pasando en el mundo. Dicha transparencia permite que la personas se conecten de una manera completamente nueva – cruzando divisiones raciales, culturales y nacionales. También nos pone en un grado de mayor dependencia mutua que nunca antes había existido.

Cuando existe este tipo de dependencia en una familia estrechamente conectada, cuyos miembros se preocupan unos por otros, los beneficia a todos. Cada uno es responsable por los demás, nadie se queda atrás. De lo contrario, la familia se desmorona.

El problema es que, precisamente, porque hemos sido integrados a escala global, simplemente no podemos divorciarse entre sí. A pesar de que el odio y el desprecio pueden proliferen, no cambia el hecho para nada.

Con cada día que pasa, nuestra interdependencia se vuelve mas fuerte. En el pasado, cuando individuos o naciones se enfrentaban, lo peor que podían hacer era simplemente “eliminar” al rival. Hoy en día, el mas pequeño de los conflictos esta plagado con inmensas consecuencias mundiales. Dejando las opiniones a un lado, cada vez es mas y mas obvio que toda persona en el mundo es dependiente de(y responsable por) todos los demás.

Esto nos presenta con un grave problema, porque nuestros arsenales crecen en su poder destructivo, nuestros corazones permanecen llenos de envidia, lujuria por el control, crueldad y maldad. Este odio mutuo nubla nuestro sentido común, y si continua incrementando, fácilmente podríamos terminar destruyendonos a nosotros mismos.

Esta claro que la naturaleza nos esta empujando hacia una mayor mutualidad e interconectividad, lo cual es inevitable, como en una familia que no puede divorciarse. Entonces que hacemos al respecto? Necesitamos encontrar una solución. Y la solución es clara e inequívoca: restaurar la paz “en la familia”, en el hogar que es nuestro planeta, entre todas las naciones y personas. Esto no se puede lograr con acciones agresivas, pero solo por el libre albedrío de todos, realizado con completa integridad.