Ego: Jugando un juego altruista

BLAH! No tiene mucho sentido entrar en la discusión de cómo cada uno de nosotros debe cambiar, ya que todos estamos moldeados por un entorno inmediato, la familia, la escuela y la sociedad. Sin embargo, si empezamos a actuar como si estuviéramos jugando a un juego divertido llamado “altruismo”, se convertirá en el juego más atractivo que alguna vez hayamos jugado, uno que cambie la vida. Será tan divertido que estaremos encantados de dedicar todo nuestro tiempo libre a la creación de un buen ambiente, fundado en la responsabilidad mutua. Nuestros egos se unirán al juego con mucho gusto, porque todo lo que al ego le importa es sentirse bien.

De hecho, es fácil cambiar cuando se esta motivado por el apoyo mutuo. Sólo tenemos que aceptar la responsabilidad mutua. Esta es nuestra “alfombra roja” para el futuro que todos deseamos, una vida de equilibrio, la paz, la prosperidad y la seguridad. La responsabilidad es la capacidad de elegir cómo responder a nuestro egoísmo, y en esta etapa de nuestra evolución individual y colectiva, se nos requiere que empecemos a usar la responsabilidad para servir a nuestros intereses comunes.

Puede surgir la pregunta: Si es tan fácil, ¿por qué no hemos hecho esto antes? La verdad es que nuestro egoísmo ha ido evolucionando, y hasta ahora, no hemos podido reconocer su magnitud y en qué medida está dispuesto a empujarnos en la búsqueda por el placer. Nos convencimos de que el ego nos ayuda a avanzar a través de la competencia para ganar, y que impulsa el progreso, tanto personal como colectivo. Nunca lo consideramos destructivo.

Sin embargo, miren cómo nos ha separado. Estamos separados, alienados, y adueñados de si mismos. Nunca soñamos que esto nos llevaría a la devastadora destrucción que estamos presenciando hoy en día. Sólo hasta ahora empezamos a darnos cuenta del camino traicionero hemos estado pisando, y la condición peligrosa en la que estamos. Por lo tanto, ahora es el momento de comprender que la única manera de cambiarnos es construyendo una nueva sociedad.

Al igual que en una incubadora o un invernadero, una sociedad mutuamente responsable nos puede hacer capaces y dispuestos a elevarnos por encima de intereses personales por amor al bien común. Y la parte más asombrosa de todo es que con el apoyo y la participación de todos, hasta nuestros egos obtendrán placer, ya que la sociedad valorará la aportación única de todos y cada uno de nosotros, dado que nuestras contribuciones únicas serán cruciales y deseadas.

Imaginen lo increíble que seria nuestro futuro, si toda la humanidad comenzará a aplicar el egoísmo de una manera positiva y benévola, así que cuando una persona se conecte con los demás, él o ella sentirán afinidad y afecto hacia ellos, como si todos fuéramos una familia, o un solo organismo. Nosotros seriamos capaces de sentir y entender a cada persona y al mundo entero.

Una vez que comencemos este proceso, seremos capaces de experimentar a la humanidad dentro de nosotros mismos. Nos daremos cuenta de que la naturaleza nos ha traído hasta esta etapa notable en nuestra evolución con el fin de hacernos sentir que somos un colectivo integrado hecho por todos y cada uno. Cuando lo podamos sentir, seremos capaces de utilizar correctamente la principal fuerza impulsadora de nuestras vidas, nuestro egoísmo, que nos distingue y nos eleva por encima del nivel animal. Utilizándolo de manera constructiva, vamos a transformarnos a nosotros mismos y a elevarnos por encima del nivel humano en el que hemos nacido, hacia en el nivel humano de existencia.

In the pictures: Dr. Patch Adams, MD

 

 

Es difícil divorciarse del mundo

Estamos siendo testigos de un nuevo y fascinante fenómeno – nuestra sociedad se esta volviendo integrada. Ya no se trata solo de bancos e industrias estableciendo alianzas alrededor del mundo, intercambiando materia prima, mercancía, suministros de comida, etc.

Hoy en día, incluyendo las culturas mundiales y sistemas educacionales se están convirtiendo fusionando en un compuesto único y universal. Todos los elementos están ínter-conectados y son ínter-dependientes en todos los sentidos.

No es casualidad que los medios modernos han hecho posible que todos estén informados de todo lo que esta pasando en el mundo. Dicha transparencia permite que la personas se conecten de una manera completamente nueva – cruzando divisiones raciales, culturales y nacionales. También nos pone en un grado de mayor dependencia mutua que nunca antes había existido.

Cuando existe este tipo de dependencia en una familia estrechamente conectada, cuyos miembros se preocupan unos por otros, los beneficia a todos. Cada uno es responsable por los demás, nadie se queda atrás. De lo contrario, la familia se desmorona.

El problema es que, precisamente, porque hemos sido integrados a escala global, simplemente no podemos divorciarse entre sí. A pesar de que el odio y el desprecio pueden proliferen, no cambia el hecho para nada.

Con cada día que pasa, nuestra interdependencia se vuelve mas fuerte. En el pasado, cuando individuos o naciones se enfrentaban, lo peor que podían hacer era simplemente “eliminar” al rival. Hoy en día, el mas pequeño de los conflictos esta plagado con inmensas consecuencias mundiales. Dejando las opiniones a un lado, cada vez es mas y mas obvio que toda persona en el mundo es dependiente de(y responsable por) todos los demás.

Esto nos presenta con un grave problema, porque nuestros arsenales crecen en su poder destructivo, nuestros corazones permanecen llenos de envidia, lujuria por el control, crueldad y maldad. Este odio mutuo nubla nuestro sentido común, y si continua incrementando, fácilmente podríamos terminar destruyendonos a nosotros mismos.

Esta claro que la naturaleza nos esta empujando hacia una mayor mutualidad e interconectividad, lo cual es inevitable, como en una familia que no puede divorciarse. Entonces que hacemos al respecto? Necesitamos encontrar una solución. Y la solución es clara e inequívoca: restaurar la paz “en la familia”, en el hogar que es nuestro planeta, entre todas las naciones y personas. Esto no se puede lograr con acciones agresivas, pero solo por el libre albedrío de todos, realizado con completa integridad.