Game Over

Imagina que enciendes tu televisor y escuchas que dicen en el noticiero: “Felicidades, compatriotas: la era de consumo desenfrenado ha llegado a su fin!” Los comentarios, probablemente, sería diversos: “Definitivamente, estamos volviendo al juego!”, “No esperaba que fuera hoy…”, “¡Finalmente alguien habló claro!” Pero, si yo fuera tú, dejaría de ver televisión por completo.

Por lo tanto, ¿terminó el juego? Sí, terminó. ¿Por qué la verdad es siempre tan desalentadora? ¿Por qué nos es tan difícil reconocer algo que, desde hace tiempo, hemos tenido enfrente? Podemos estar totalmente ciegos, pero hasta ellos pueden ver a los elefantes.

Científicos de la World Wildlife Fund, que trabajan con gobiernos, empresas y comunidades alrededor del mundo, basadas en su experiencia, conocimiento y credibilidad, afirman que los seres humanos estámos consumiendo los recursos naturales por encima del 25% de lo que la tierra puede dar y que este consumo desenfrenado está llevando a la ecología a límites dónde la vida será insostenible.

Stuart Bond, jefe de investigaciones de la WWF-UK, dijo que la humanidad ha estado viviendo por encima del límite de su “tarjeta de crédito ecológica” y, continúa; “destruyendo los recursos naturales del planeta. Esto pudiera hacerse por un corto período de tiempo, pero, últimamente, la deuda ecológica nos está llevando al agotamiento de los recursos tales como; bosques, océanos y tierras agrícolas, de las cuales depende nuestra economía.”

La economía está en crisis y, mientras escribo, está empeorando. Los medios de comunicación están haciendo intentos desesperados por convencernos de que todo está bajo control y que las cosas están mejorando. Mientras ellos cumplen lealmente sus órdenes, nosotros ignoramos las evidencias para permanecer fieles a nuestro “estilo de vida”. Exploramos todos los centros comerciales, cenamos en buenos restaurantes, pagamos altos precios por ver una película nueva, alquilamos automóviles de lujo, sudamos en balnearios y casinos, mientras, esperamos, con ansia, la edad dorada que, nos dicen, esta próxima.

“La implacable búsqueda de lo novedoso y del estatus nos encierra en la jaula de hierro del consumismo,” escribe Tim Jackson autor de Prosperidad sin crecimiento. Consumismo es un juego que, al parecer, no podemos dejar de jugar: TiVo dice ¡compra y cumple felizmente! Alucinados, corremos al almacén y comenzamos una reacción en cadena que, al final, nos tragará. Estamos apilando y apilando hasta que eventualmente seremos enterrados debajo de esos montones.

Durante miles de años la humanidad se ha desarrollado tomando en cuenta sólo las necesidades básicas. La mayoría siempre ha vivido y sigue viviendo sin lujos. Incluso la ropa solía ser pasada de generación en generación. En los últimos 100 años ha habido un despliegue de “cucarachas” altamente evolucionadas -el fenómeno de la era moderna- que prácticamente ha arruinado el planeta. Nos guste o no, tenemos que ponerle fin.

Kalle Lasn, cofundador de Adbusters Media Foundation, dice: “nuestra precipitada caida en el colapso ecológico requiere un cambio profundo en la manera en que vemos las cosas. Conducir coches híbridos y limitar las emisiones industriales está bien, pero son soluciones placebo si no afrontamos el problema básico: tenemos que consumir menos. ”

Inicialmente la industria se basó en el paradigma de “dinero-mercancía-dinero”. Pero hoy, este modelo ha perdido el elemento de mercancías básicas: vendemos y compramos dinero. Eso es en lo que se ha convertido “el comercio”: intercambiamos papel. Las dos mercancías valiosas se encuentran en la zona de necesidad básica. Necesitamos albergue y alimento y la certeza de que lo podremos seguir teniendo en el futuro. Pero una cosa que debemos entender es que el lujo fue cancelado.

La manufactura moderna apenas produce nada valioso, aunque continúa drenando los recursos naturales. Compramos e intercambiamos productos que no tienen ninguna utilidad y que pasan de mano en mano hasta que llegan a su destino final: los basureros, que en todas partes crecen incesantemente. Excepto por algunas grapas que todos necesitamos, todo lo demás son simplemente juguetes. ¿Estamos dispuestos a arruinar La Tierra por ellos?

La máquina de imprimir dinero nunca duerme, ya que los empresarios no quieren que se detenga el consumo. Sin embargo, la realidad sigue su propio programa sin que le interese lo que pensamos que queremos. Una vez que llega, lo hace con absoluta claridad: para marcar sus puntos. Es incomprensible que, cuando vemos el martillo sobre nuestra cabeza, no intentamos detenerlo, por el contrario, pensamos cómo lo podemos sobornar y evitar el dolor. Como si hubiera algo que se pudiera negociar.

De hecho, practicamos la “estrategia de avestruz”, cuando nos da miedo, metemos la cabeza en la arena. No funcionará esta vez. El problema no va a desaparecer, no importa cuánto tratemos de ocultarnos.

Sabemos que la gran mayoría de las industrias y todas las instituciones legislativas y financieras están impulsadas por la ilusión de la prosperidad final. Estos parásitos se sostienen chupando los ingresos del consumidor y reclamando la propiedad de los recursos naturales, los cuales están siendo drenados rápidamente. Por nuestra parte, con facilidad, les ofrecemos nuestra cartera, porque estamos entrenados para creer que riqueza es igual a felicidad y que las cosas materiales dan satisfacción. Somos adictos a nuevos productos, servicios y marcas; más y más cosas

El planeta está al borde de la quiebra y es el momento de preguntarnos: ¿Qué estamos pensando? Thomas L. Friedman, del New York Times, dice: “tenemos que meditar, si, dentro de unos años, cuando volvamos la mirada a la primera década del siglo XXI, y los precios de los alimentos y de los energéticos sean inalcanzables, la población mundial haya pasado los límites, los tornados destruyan las ciudades, las inundaciones y sequías marquen récords, los pueblos tengan que ser desplazadas y los gobiernos sean amenazados por la confluencia de todos — y preguntarnos: ¿Qué estábamos pensando? ¿Cómo es que no sentimos pánico cuando era tan obvia la evidencia de que habíamos traspasado todos los límites del crecimiento, del clima, de los recursos naturales y de la población?”

La crisis económica y ecológica que vivimos hoy en día nos demuestra que no podemos seguir tomando más de lo que realmente necesitamos. Podemos no querer aceptar esta verdad, pero la naturaleza nos está obligando a verlo nos guste o no. “Lo cierto es que, como especie, hemos llegado a un punto en el que ya no tenemos posibilidades de elegir entre ser radicales o realistas; los dos atributos se han convertido en uno sólo.” (Victor Wallis, Economic/Ecological Crisis and Conversion)

No importa cuán difícil sea, es hora de cambiar nuestra visión de la vida. Estamos destruyendo reservas vitales y consumiendo nuestro propio futuro. Explotamos los recursos naturales y contaminamos la tierra con nuestros residuos en una medida que excede la capacidad del planeta para auto regenerarse.

Dado que, por nuestra voluntad, somos incapaces de un cambio personal y que el crecimiento de conciencia toma tiempo, lo más probable es que seamos transformados por una crisis en forma rápida y radical. En el transcurso de las próximas décadas, se habrán reformado, totalmente, la economía, el poder y las industrias de transporte. La diferencia fundamental de cómo vamos a lograrlo radica en; si lo haremos por elección consciente o forzados a tener conciencia por la naturaleza.

Para evitar esto último, debemos utilizar todo nuestro poder mental y hacer un esfuerzo para darnos cuenta que el “paradigma de la felicidad” por medio del consumo no funciona y nunca cumple nuestros deseos, y que es hora de que pasemos al paradigma de la verdadera felicidad, donde la gente gastará menos tiempo trabajando y luchando por acumular cosas y en su lugar, utilizará ese tiempo para algo con más significado, la realización de sus capacidades internas.

Nos enfrentamos a una elección que dicta la crisis: terminamos en colapso total o creamos un modelo nuevo y estable de economía. Y definitivamente elegiremos a la segunda opción, puede que seamos de arranque lento, pero no somos idiotas.

 



Economía Humana

En toda la historia, la humanidad nunca a vivido en una era de globalización tan íntima, como lo vivimos hoy… La economía de un país nunca ha sido tan dependiente en la economía de otros países, y el destino de la gente en un país nunca ha sido tan dependiente en el destino de la gente en otros países. Ciertamente, la crisis actual esta afectando a todos, en todas partes.

Es con buena razón que el periodista, Thomas Friedman, argumento en el medio de la crisis que era “Tiempo de reiniciar América” Las leyes que definen las relaciones entre individuos en la sociedad han cambiado dramáticamente, por consecuencia, la economía-que refleja esas interconexiones-debe seguir el mismo camino.

Aun, esto no puede ocurrir por medio de las restricciones y regulaciones, porque es evidente que nuestro deseo de disfrutar solo crece a través de los anos. Por lo tanto, si en verdad lo queremos, nunca vamos a poder invertir el paso del tiempo. Mientras que desarrollamos, constantemente ideamos nuevos medios para “ganarle al sistema.” En vez de gastar el dinero de los contribuyentes de impuestos tratando de revertir una situación irrevertible, debemos cambiar nuestro enfoque hacia la economía y el negocio desde el nivel de la raíz.

La solución es empezar desde el punto donde la crisis comenzó-la confianza perdida en relaciones humanas. Lo que se ha revelado claramente es que no confiamos el uno al otro: gente no confía en los bancos; los bancos no confían en empresas clasificadoras, quien no confían en los accionistas de las empresas, que no tienen confianza en asesores financieros, que no tienen confianza en comerciantes, que tienen cero de confianza en gobiernos, que simplemente no confían en nadie. Punto. No obstante, a pesar de la desconfiansa, nos encontramos dependientes el uno del otro. Y lo mas consciente somos, menos queremos dañar el uno al otro. Muchas personas se dan cuenta; ahora debemos cambiar esa realización en acción.

Primer Paso; Restaurar la Confianza
Junto con la ofrenda a las economías débiles, países deben explicar a sus ciudadanos que ahora estamos viviendo en un nuevo mundo. Así, el primer paso en este plan de fianza es hacer que la gente entiendan y sientan la interdependencia que tenemos el uno con el otro. Cuando personas ven que su bienestar depende en su relación con otros, serán los reguladores naturales que los políticos están buscando.

De hecho, cuando una fuerte opinión publica promueve valores y colaboración, eso afecta aun los que inicialmente siguen viviendo con las mismas reglas egoístas. Una ilustración de este principio se mostro una semana después que AIG, quien recibió cientos de billones en dinero de fianza, dio bonificaciones grandes a sus ejecutivos, la mayoría de ellos lo devolvieron. No podían enfrentar la crítica pública. Por consecuencia, fueron consientes del perjuicio de su aproximación egoistica que naturalmente causa que limitemos nuestras actitudes de beneficio propio, y esto facilitara el principio de una era sin crisis.

Segundo Paso: El Replanteo del Consumo
Consumismo nos causa querer productos que no necesitamos, simplemente para mejorar nuestra posición social. Transmitiendo información de las reglas del nuevo mundo nos ayudara a entender cuales valores deben prevalecer en nuestra sociedad, para que podamos crear una manera de vivir mas balanceada. Como resultado, productos que se mantienen en el mercado serán los que son verdaderamente necesarios, y la publicidad de productos que nos causa hacer otra compra redundante será condenada. Aplicando este cambio necesario en prioridades causara un alivio de recursos y tiempo, y nos dejara invertir en los lugares desechados de nuestras vidas, como amigos y familia, y así mejoraremos la cualidad de nuestras vidas.

Tercer Paso: Capitalismo-Social
En la edición de Enero-Febrero 2011 de Harvard Business Review, Profesores Michael Porter y Mark Kramer publicaron un concepto revolucionario. Capitalismo Tadicional pertenece a la historia, escribieron. Ahora es el momento para “un nuevo nacimiento de capitalismo, la cual moverá “la responsibilidad social de la periferia al núcleo de la mentalidad de las compañías.”

Compañías deben intentar producir beneficio y crear valor económico, sin embargo no para los accionistas y sus jefes, sino para la buena sociedad “por tratar sus necesidades y desafíos.” Negocios deben re-conectar el triunfo de la compañía con progreso social, ” si no, concluyen Porter y Kramer, negocios nunca escaparan el ciclo vicioso en la cual están atrapados hoy y su situación empeorara tras el tiempo.

Ciertamente, hay mucha verdad en las palabras de Porter y Kramer. Hoy, cuando una compañía pone un nuevo producto en el mercado, quiere “ampliar su cuota de mercado,” o simplemente “robar” clientes de otras compañías en el mercado. Pero esto es exactamente el enfoque que trajo la crisis financiera desde el principio! En vez de tratar de obtener beneficio al costo de otros, compañías deben competir para crear el mayor beneficio para toda la sociedad.

Cuando firman un contrato, el dueño de una compañía debe reflexionar “ Se benefician todos por el trato que estoy cerrando ahora?” Si el contrato en realidad beneficia a todos, entonces todos, incluyendo el dueño de la compañía, beneficiaran de él. Después de todo, en el mundo de hoy-en-día, todos estamos interconectados, y cada acción individual nos impacta.

Cuarto Paso: Los Nuevos Tipos de Compañías y Negocios
Es tiempo de redefinir el éxito en negocios y finanzas. Una compañía exitosa debe ser una que vende productos a sus clientes, paga salarios decentes a sus empleados (incluyendo pensión, aseguranza, y vacaciones), y esta basado en una operación balanceada. Una operación balanceada significa que las ganancias del negocio cubren todas sus inversiones y gastos, pero no se beneficia más allá de eso.

En esta manera, los dueños de estas compañías se permitirían el lujo de reducir los precios de sus productos para que sean asequibles a muchas mas personas. Si hay ganancia que sobra, podría ser donado a un fondo que ayuda garantizar que todas las personas en el mundo tendrían un buen nivel básico de vida. Se pueden asegurar, que no estamos hablando de abstención o austeridad. Si todos los participantes cambian su manera de pensar de máximo beneficio propio no importa las consecuencias, a ganar lo que es necesario para vivir una vida respetable, descubriremos que el planeta tiene muchos mas recursos para ofrecer de lo que podemos usar, y juntos prosperaremos.

Mucha Mas Motivación y Satisfacción
Como podrán los dueños de compañías y sus empleados conseguir la motivación necesaria para despertar en la mañana y ser exitoso cuando no hay estimulación financiera? La respuesta es simple: La estimulación sugiera del nuevo nivel social-personas y compañías son apreciados de acuerdo a sus contribuciones a la sociedad. En este caso, nuestro deseo natural de competir-con el beneficio de la sociedad como nuestra meta-nos causara crear una sociedad más justa y equilibrada.

Clarificaremos. Trata de contestar la siguiente pregunta: Que ganan dueños de compañías con ceros adicionales en sus cuentas bancarias? Usan todos los millones que tienen? Verdaderamente disfrutan de esos ceros adicionales que tienen? La satisfacción que reciben de esos ceros es solo condicional, dependiente del sentido de poder y principalmente el respeto que viene con la riqueza.

Pero que pasaría si los dueños que sentirían la misma satisfacción que reciben de la riqueza excesiva, lo recibirían por medio de acciones que beneficiaran a la sociedad? Si la sociedad respetaría a personas que contribuirían a la sociedad y condenarían a personas que lo exploitarian, personas ponderosas naturalmente usarían su poder para contribuir a la sociedad, porque somos todos seres sociales y todos nosotros, incluyendo dueños de compañías, somos influenciado por medio de la sociedad. Mientras que esta propuesta quizás sea e utópica, puede materializarse si nuestro entorno empieza a apreciar valores pro-sociales.

A fin de cuentas capitalismo debe seguir siendo capitalismo, pero en vez de pisotearnos, debemos competir en contribuir lo más que podamos a la sociedad y crear los mejores productos de buena cualidad al mejor precio, para que tantas personas como sea posible puedan disfrutarlos. El articulo de Sir Richard Layard titulado “Now is the time for a less selfish capitalism,” publicado el 11 de Marzo del 2009 en The Financial Times, sumo muy bien el nuevo enfoque que sugerimos aquí, donde escribe, “Necesitamos un capitalismo mas humano, basado no solo en mejor regulación pero en mejor valor. No necesitamos una sociedad basado en competición Darwaniana entre individuos. Mas allá de la subsistencia, la mejor experiencia una sociedad puede proveer es el sentido que otras personas están a tu lado. Ese es el tipo de capitalismo que queremos.”