La noción de educación es normalmente asociada con niños, pero quizá es el momento de reconsiderarlo. Echemos un vistazo a algunos problemas comunes que hoy azotan a adultos:
■Pérdida de dirección en la vida e incapacidad para alcanzar una vida buena y satisfactoria;
■Falta de habilidad para realizar nuestros deseos, tanto en cosas necesarias como en lujos;
■Frustración debido a la incapacidad para mantener a la familia;
■Preocupación por nuestros hijos, muchos de los cuales actúan peor cada día y se rebelan contra la autoridad paterna;
■Pesimismo agudo que resulta en desesperanza y falta de confianza en nosotros mismos, desconfianza hacia aquellos cercanos a nosotros y hacia todo el mundo;
■Drogas y abuso de alcohol y para evitar centrarse en estos sentimientos y hacerse la vida tolerable.
Estos y otros problemas apuntan a una cuestión: no estamos preparados para vivir en el mundo como es actualmente. El enfoque que operó con nuestros padres y abuelos ya no funciona. Quizá, es el momento de considerar la reeducación para adultos.
Hasta hace poco, ser adicto al trabajo era casi honorable; significaba ser un trabajador riguroso, y una persona responsable. Pero, poco a poco, nos olvidamos de por qué estamos trabajando. Nos hemos convertido en “esclavos modernos”, y sólo perseguimos tener “más, más grande y mejor”. La cultura pop que nos ha impuesto la propaganda y las empresas, cuyo único interés es vender sus productos como sea posible, nos han lavado el cerebro. Hemos sido atrapados entre el materialismo y la auto indulgencia egoísta.
Incluso, los que son económicamente solventes, no tienen tiempo para disfrutar de la vida debido a la constante preocupación por el mañana. Parece que el juego de hacer dinero, donde se juzga el éxito por la cantidad de juguetes adquiridos terminó, y ahora no sabemos qué hacer. Pero, cuando no quedan opciones, es cuando se está dispuesto a cambiar
No debemos temer a los cambios que la situación mundial nos está imponiendo. Estos cambios sólo nos recuerdan que cada uno de nosotros somos un ser humano, no sólo un objeto para explotar. La crisis está aquí para que, finalmente, cambiemos nuestras vidas. Pero primero, tenemos que encontrar el coraje para hacerle frente a lo que estamos viviendo hoy.
Tenemos que hacer una lista de nuestros defectos sociales y discutir cómo podemos corregirlos. Al construir una sociedad nueva, con responsabilidad mutua y un entorno que nos cambie podremos construir una vida nueva y plena.
¿Qué necesitamos para lograr seguridad, bienestar genuino, construir una vida familiar feliz y proporcionar educación adecuada para nuestros hijos? ¿Qué necesitamos para que todos obtengamos, no sólo un trabajo, sino también satisfacción en la vida y una atmósfera de esperanza y confianza?
Para ello, necesitamos cambiarnos a nosotros mismos. La sociedad es cada uno de nosotros y nuestras relaciones. ¡Comencemos a cambiar! ¿Cómo es esto posible? La única libre elección de una persona, la única manera de cambiarnos a nosotros mismos y a la sociedad es a través de la influencia de nuestro entorno.